CURIOSIDADES SOBRE EL AJEDREZ
Faltan precisiones acerca del origen del ajedrez. Los investigadores señalan a los caldeos o a los sumerios como sus creadores. Para ello se basan en una vieja leyenda. El relato explica que, para evitar una batalla, Horubarai IV, rey de los sumerios, habría propuesto a Jakhe II, rey caldeo, a realizar una partida del nuevo juego.
Ese primer ajedrez utilizaba como tablero el campo de batalla y, como piezas, a verdaderos soldados. El encuentro se realizó en el desierto de Palmira, donde 37452 hombres-piezas se enfrentaron para la partida. Se cree que Horubarai IV, habiendo perdido y siendo rodeado por los hombres de Jakhe II, acuñó la frase “Jakhe, mate”.
Se piensa que los egipcios adoptaron el juego hacia el 2137 A. C. Pero ello no fue sin alguna adaptación, principalmente en las piezas. Por ejemplo, la esfinge suplantaba al caballo y la pirámide a la torre. La función principal de los peones era mover las piezas.
La primera partida egipcia comenzó en Agosto del 2137, finalizando, por abandono, en Febrero de 2118. Las principales dificultad que los egipcios encontraron en el ajedrez fueron el movimiento de las piezas y la necesidad de momificar a cada peón caído.
Se sospecha que la disposición de las pirámides y de la esfinge, en la Necrópolis de Giza, es resultado de la suspensión de aquella partida.
El primer tablero de mesa habría sido concebido en la India, el cual fue poco exitoso. Al parecer con solo instalarle una torre encima, se hacía imposible ubicar el resto de las piezas. Luego se pensó en instalar un pieza por tablero, práctica que se piensa está en el origen de los posa vasos.
Es sospechado que fueron los mongoles quienes suplantaron a los seres vivientes por figuras que los representasen. O al menos así lo hace creer Marco Polo, quien refiere haber visto un ejército, hecho en piedra, los cuales serían elementos de un nuevo juego. Los estudiosos creen que lo visto por Marco Polo fue el Ejército de Terracota.
Entre los chinos circula un mito de origen. Se habla de un rey aburrido, que propuso la mano de su hija mayor a quien creara un juego que le devolviera la sonrisa. De las muchas creaciones que recibió una llamó su atención. Se trataba de un juego con tablero y 32 piezas. También había un manual con instrucciones. Allí se decía que las piezas se comían. El juego no le divirtió, aunque le produjo una intoxicación.
Durante la Revolución Francesa se intentaron una serie de modificaciones en las reglas de ajedrez. La primera de ella fue jugar con un rey y una reina decapitados. La reforma más interesante fue promover la abolición de las jerarquías en las piezas. En esta variación del ajedrez se jugaba con 32 peones, los cuales nunca podrían coronarse. El juego fue abolido por Napoleón, debido a su poco realismo.
Otra modificación a resaltar fue la propuesta por Abraham Lincoln. En esta versión, las piezas negras comenzaban las partidas. Luego de algunas deliberaciones, se pensó que esta alteración no hacía más que invertir los turnos. La solución fue que tanto fichas negras como blancas comiencen el juego, al mismo tiempo.
En la actualidad se ha logrado quizá la más creativa de las modificaciones en el ajedrez. Ya no se trata de innovaciones en el tablero o las piezas, sino en los jugadores, donde uno puede ser humano y el otro no.
Más allá de los cambios promovidos por las épocas y las culturas, los hombres han logrado obtener del ajedrez uno de los placeres más viriles; esto es, mantenerse alejados de sus mujeres.