Anoterapia:
La terapia que hace furor
El culo es el gran olvidado de la historia. Siglos de ideas retrogradas han identificado a nuestras sentaderas con el error, el malestar y la mala suerte. Expresiones como "me fue para el orto" o "ando para el culo" ilustran esta verdad.
"Que el upite ocupe el despreciado lugar social que hoy tiene es efecto de 2000 años de cristianismo y de falsos pudores. Es obligación de todo hombre de bien reivindicar al ojete", declara el Dr. Enresto Pituzza, creador de la Anoterapia. "Podemos situar nuestro movimiento social a la altura del Feminismo, del Ecologismo y de los Parri-pollos. Nuestra lucha tiene el objetivo de explorar nuestros esfínteres y darles el uso que la historia les ha negado".
En Palo Alto, desde hace unos años el Dr. Pituzza y un grupo de colaboradores se han abocado al estudio de las relaciones entre el ano, el carácter y la vida plena. "En nuestras investigaciones hemos encontrado que si integramos a nuestros traseros en nuestra vida cotidiana, nos volvemos mejores personas". Siguiendo estas innovadoras ideas, Pituzza se ha encontrado con la Anoterapia, una moderna terapéutica que centraliza sus acciones en la atención del culo. "Ciertos animales expresan sus estados de ánimo por señales emitidas mediante la cola: a través de ella sabemos que un perro está contento o tiene miedo. En los seres humanos ocurre algo similar. Por ejemplo, el estreñimiento señala temores y angustias, mientras que las evacuaciones a repetición indican relajamiento y bienestar. Podemos suponer que la plenitud se traduce en el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el ojete ".
Esta terapia ha producido furor entre los entendidos, y se ha traducido en la creación de talleres y grupos de reflexión. Claro que son los ejercicios y masajes los que se han granjeados más adeptos. "El primer paso de nuestro método es el acercamiento al ano, el abrirlo a nuevos canales de relación y afecto", enfatiza el Dr. Pituzza.
A continuación transcribimos algunos ejercicios que podemos desarrollar sin la presencia obligada profesionales:

Ejercicio 1: Siéntese sobre un bidet o sobre un balde con agua. Cierre los ojos y concéntrese. Aplique agua sobre su culo e hidrate su ano. Acarícielo. Hágase una imagen mental de su ojete e imagine que lo besa, que lo abraza. Mantenga un breve diálogo con su orto, cuéntele aquello que no se atreve a relatarle a nadie. Hágale confidencias y no deje de tocarse. Repita este ejercicio durante 18 meses, en 47 sesiones diarias".

Ejercicio 21: En algún lugar público (en un micro o tren atestado de gente) relájese. Focalice su atención en algún culo que lo atraiga. Hágase una imagen mental de él. Piense que lo acaricia, al tiempo que se frota su propio ojete. Ahora está preparado para el gran salto. Extienda la mano, dejé de lado sus temores y toque ese culo que ha mirado. Frótese contra él, pellízquelo, muérdalo, haga que sus dedos lo exploren. Repita el ejercicio tantas veces como lo crea necesario".

Es cierto que algunos de los ejercicios han provocado denuncias, arrestos y linchamientos. "Muchos de nuestros adeptos, a quien la llamada justicia impone cargos como abuso deshonesto o pederastia, son en realidad mártires de una sociedad pacata. Llegará el día en que la Anoterapia ocupe un sitio privilegiado en el concierto de las ciencias y, en ese momento, podremos refregarnos y sobarnos los culos sin temores, ya sea en plazas públicas, estadios de fútbol o patios escolares", profetiza entre lágrimas de emoción, el Dr. Pituzza.

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