La Lic. Claudia Rosso comenta: "El lugar hermano de la esposa siempre se ha considerado como un desplazamiento del lugar del padre de la esposa. Y es sabido que el padre de la esposa es un objeto sexual codiciado en todas las culturas. No es extraño que una alteración en esta función provoque que el cuñado se entregue como una mujer".
Julián Cotonete nos cuenta su experiencia: "Mi cuñado siempre fue un tipo normal, medio callado pero normal. Nunca le vi intenciones raras. Pero, de un día para el otro, me dice que está enamorado de mí y que me quiere poner un departamento con todos los chiches. Yo acepté porque no me podía bancar un alquiler".
Zulema Fulocre, recientemente divorciada, nos relata, entre sollozos, su triste experiencia: "Con Roberto nos casamos un 3 de Julio, el Día del Pan Flauta. Él era amigo de mi hermano y estaban siempre juntos. Me resultó extraño cuando Roberto viajó a Chile para hacerse los pechos, pero acepté para no discutir. Ahora ellos viven juntos y son muy felices".
"El cuñado es un objeto amoroso privilegiado; es la tentación y la prohibición", nos comenta el sexólogo Mauricio Macro, "el cuñado, como todo hombre, tiene un atractivo avasallador, imposible de resistir. No me extrañan las relaciones entre cuñados. Incluso creo que son las que ofrecen el mayor grado de satisfacción sexual".
"Jorge siempre fue jodón y mujeriego. Un tipo de esos que conoce la noche y le gusta experimentar cosas nuevas. Yo lo admiraba y me daba orgullo que fuese mi cuñado. Fue una sorpresa cuando me invitó a un Tour Gay por el Caribe, pero no le vi segundas intenciones. Claro que apenas nos subimos al barco se quiso propasar conmigo. Al principio me resistí, pero la carne es débil", nos señala Umberto Primatozo, ingeniero y padre de 19 mellizos.