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Papa Noel:El gran Traidor
Nuestra época posmoderna descree de los grandes relatos y de la autoridad. Los ídolos muestran sus pies de barro y ahorran fortunas en podólogos. Uno a uno, los que fueron líderes de masas, bajan de sus pedestales y engordan devorando aquellas masas, sin ni siquiera un té para acompañar. Neal Malean, reconocido antropólogo e investigador de la Universidad de D´ambers, se ha propuesto desenmascarar a Papa Noel, el último líder en pie. Sus investigaciones ponen en jaque a éste emblemático personaje, un supuesto agente del imperialismo capitalista.
"Los modos de dominación son infinitos. El hombre ha dejado de ser lobo del hombre, para convertirse en oveja de su sociedad o en caperucita roja", afirma un encendido Malean, "El principal objeto de sometimiento actual es el niño, futuro obrero esclavo ¿Cómo entender sino que pequeños de 6 años se vean obligados a pasar jornadas de 5 horas sentados en ese cepo moderno que es banco escolar? La figura del maestro, poseedor del saber, establece una relación asimétrica, donde se privilegia el premio y el castigo, similar al que usa un domador de circo". Claro que las afirmaciones de Malean no terminan allí. "Es hora que los niños tomen conciencia de su clase y comprendan su destino revolucionario".
La hipótesis de Malean es que Santa Claus sería un esbirro al servicio de los poderosos. "Los buenos niños reciben su regalo, los malos, una carta de amonestación. Pero, ¿Cuál es la bondad del niño? Tan solo responder ciegamente a algún caprichoso mandato social. ¿Cuál es su maldad? Ser simplemente un niño, un organismo que aspira a la satisfacción de sus más bajas pasiones, que van desde orinar bajo la mirada pública a limitados actos de vandalismo. Esto es, simples juegos infantiles que llevan al crecimiento espiritual. Papa Noel es aquel que desvía al infante de la revolución con un modelo de normativización feudal".
Así como en la actualidad se encuentra el gusto de resaltar las falencias de los próceres, Malean imputa a Santa una serie de faltas. "Obeso, de risa gozosa, arrastrado por inocentes renos, Papa Noel representa los aspectos más oscuros de nuestra sociedad: el capitalista obeso, moderno faraón, quien obtiene placer haciéndose arrastrar por el obrero-bestia de carga, futuro lugar reservado al niño que se deja embaucar con una pelota de goma o un Power Ranger". Malean, subido a su escritorio, con el puño en alto, exaltado, sudoroso, viril, continúa: "Este ser, hijo de las multinacionales, discípulo de Mussolini, debería ser colgado de una chimenea y cocinado como un cerdo".
La respuesta a la reflexión de Malean no se ha hecho esperar. Movimientos anti papanoelistas florecen en grandes ciudades. Las guarderías se transforman en centros de entrenamiento militar. Niños en edad escolar, muñidos de antorchas y tridentes, incendian árboles navideños y atacan a los Santa Claus de las grandes tiendas. Otros, menos beligerantes, arriesgan cartas de contenido soez o dinamitan sus chimeneas. Malean, opina: "Es tiempo de cambio. Las viejas estructuras impiden el desarrollo de las nuevas. Ojalá llegué el día en que algún infante combativo ponga fin a las andanzas de Papa Noel. Cuando ese día nos encuentre, podremos decir que hemos tenido nuestra Noche Buena".
"Los modos de dominación son infinitos. El hombre ha dejado de ser lobo del hombre, para convertirse en oveja de su sociedad o en caperucita roja", afirma un encendido Malean, "El principal objeto de sometimiento actual es el niño, futuro obrero esclavo ¿Cómo entender sino que pequeños de 6 años se vean obligados a pasar jornadas de 5 horas sentados en ese cepo moderno que es banco escolar? La figura del maestro, poseedor del saber, establece una relación asimétrica, donde se privilegia el premio y el castigo, similar al que usa un domador de circo". Claro que las afirmaciones de Malean no terminan allí. "Es hora que los niños tomen conciencia de su clase y comprendan su destino revolucionario".
La hipótesis de Malean es que Santa Claus sería un esbirro al servicio de los poderosos. "Los buenos niños reciben su regalo, los malos, una carta de amonestación. Pero, ¿Cuál es la bondad del niño? Tan solo responder ciegamente a algún caprichoso mandato social. ¿Cuál es su maldad? Ser simplemente un niño, un organismo que aspira a la satisfacción de sus más bajas pasiones, que van desde orinar bajo la mirada pública a limitados actos de vandalismo. Esto es, simples juegos infantiles que llevan al crecimiento espiritual. Papa Noel es aquel que desvía al infante de la revolución con un modelo de normativización feudal".
Así como en la actualidad se encuentra el gusto de resaltar las falencias de los próceres, Malean imputa a Santa una serie de faltas. "Obeso, de risa gozosa, arrastrado por inocentes renos, Papa Noel representa los aspectos más oscuros de nuestra sociedad: el capitalista obeso, moderno faraón, quien obtiene placer haciéndose arrastrar por el obrero-bestia de carga, futuro lugar reservado al niño que se deja embaucar con una pelota de goma o un Power Ranger". Malean, subido a su escritorio, con el puño en alto, exaltado, sudoroso, viril, continúa: "Este ser, hijo de las multinacionales, discípulo de Mussolini, debería ser colgado de una chimenea y cocinado como un cerdo".
La respuesta a la reflexión de Malean no se ha hecho esperar. Movimientos anti papanoelistas florecen en grandes ciudades. Las guarderías se transforman en centros de entrenamiento militar. Niños en edad escolar, muñidos de antorchas y tridentes, incendian árboles navideños y atacan a los Santa Claus de las grandes tiendas. Otros, menos beligerantes, arriesgan cartas de contenido soez o dinamitan sus chimeneas. Malean, opina: "Es tiempo de cambio. Las viejas estructuras impiden el desarrollo de las nuevas. Ojalá llegué el día en que algún infante combativo ponga fin a las andanzas de Papa Noel. Cuando ese día nos encuentre, podremos decir que hemos tenido nuestra Noche Buena".
