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Fin de las religiones
¿Una religión que baja la cortina?

Hacia fines del año pasado los ojos del mundo se encontraban fijos en un nuevo movimiento, "La religión antidiosaica", el grupo religioso que denunciaba los supuestos actos delictivos de Dios. Entre sus numerosas denuncias figuraban la de "Enriquecimiento ilícito por parte del creador". En aquel momento Atilio Solimano, dirigente del grupo y denunciante, afirmaba: "una institución fundada por trece vagos, trece tipos sin ocupación fija, que se pasaban el día rodeados de chorros y de putas y que estaban de fiesta en fiesta, mangueando hasta la sal del guiso, digo, una institución con esos fundadores hoy no puede ser dueña del Vaticano y no sé cuantas cosas más. Hay que hacer una investigación a fondo. Esos tipos andaban en la joda".

Sin embargo este joven movimiento que supo ser promesa, hoy casi ha naufragado en el olvido. Ya nadie se acuerda de la publicidad callejera donde se presentaba a una modelo vestida de monja, con la leyenda: Mi matrimonio con Dios nunca se consumó. Otro golpe publicitario fue inundar los programas televisivos con monaguillos strippers, un modo bastante torpe de sumar adeptos.

Nos preguntamos que ocurrió con este grupo, que a poco de fundado recibió el apoyo incondicional de las muchedumbres, quien no dudó en adquirir cuando producto lanzaran al mercado. Hace meses solamente nuestra ciudad se vio invadida por cadenas de fast food "El cuerpo de Cristo", donde se vendían hostias rellenas de dulce de leche por docena. Hoy tan solo uno de los locales sigue en pie, y sus encargados no han dudado en agregar a la cartilla choripanes bendecidos o estampitas subidas de tono de nuestros santos.

Según nos comenta un informante, la decadencia de la Iglesia Antidiosaica es resultado de problemas económicos. Acaso por eso los sacerdotes del grupo comenzaron a cobrar entrada a las misas e incluso pusieron la condición de "consumición obligatoria" para los fieles. Sin embargo sabemos de buena fuente que han recibido grandes donaciones en metálico. Claro que los metales donados (cañillas usadas, caños de plomo, cocinas económicas) se apilan a los fondos de la Catedral "Nuestra Espera un Milagro", uno de los tantos edificios que tiene la congregación, por no saber que hacer con ellos.

Otra versión señala que la decadencia es consecuencia de una inigualable persecución policial. Todavía resuena en nuestra memoria la clausura del espectáculo "El Martirio de los Apóstoles". El show se había montado en una carpa cerca de Laguna del Lago, aprovechando la temporada veraniega, y representaba los flagelos a los que se vieron sometidos los fundadores de la iglesia. Claro que espectáculo debió ser levantado a poco de su estreno. El público, en su gran mayoría perversos sadomasoquistas, no dudaban en realizar los mas aberrantes actos sexuales durante las funciones.

Más allá de las razones, hoy tan solo nos queda el recuerdo de una institución que pudo ser grande y la esperanza de que algún golpe de fortuna la ubique a la cabeza de la tabla de posiciones de las religiones.