El Basquet que rechaza la NBA
La afamada liga de Basketball, NBA, habría rechazado la incorporación del equipo "Los Salvajes Bonsai" de Hawaii a la liga estadounidense. El rechazo se debe a que dicho equipo "no cumpliría con las normas que hicieron grandes a nuestro deporte nacional", dijo Marcus Wallenberg, vocero de la liga.

"Los Salvajes Bonsai" es el nombre de la escuadra que agrupa a seis enanos amantes de este deporte de altura. El equipo se habría fundado alrededor de 1994, en Hawaii, por Jhon Peter Wualla-Poo, nativo de las islas. "Reunir al grupo no fue tarea facil", comenta, "en un comienzo prácticabamos en los baños de Mac Donals, y realizábamos nuestras encestadas en el aro de una tabla de inodoro".
La práctica del basquet en los baños debió ser abandonada cuando Pepeva Iseagacha, amigo de la infancia de Jhon y cofundador de los "Bonsai", se perdiera en las aguas servidas de un retrete, en la euforia de una volcada mítica. "Fue una gran pérdida para el basquet nacional y para Mac Donals, ya que debieron contratar a un destapador que les cobró un ojo de la cara" señala Wualla-Poo. Luego practicaron sus piruetas contra cestos de papel y contra piras bautismales. A medida que se hacían diestros en el deporte, apostaron a las canchas profesionales.

Una vez afianzados en el basquet profesional, comenzaron a enfrentar a otros equipos, con jugadores que superaban los 2 metros de altura. "No le tememos a los que son más altos que nosotros; en los vestuarios se ve quienes son los grandes en realidad", fanfarronea el jugador.

"No voy a negar que la altura no sea un problema, pero desde los primeros partidos le encontramos la vuelta. Aunque parezca broma, realizábamos nuestros pases arrojando la pelota entre las piernas de los otros jugadores", recuerda melancólico Wualla-Poo, "no había legislación contra dicha maniobra en el deporte". El golpe de suerte se evaporó cuando se enfrentaron contra los "Titanes de Borneo". "Ellos entraron a la cancha con polleras hasta los tobillos y, en ese momento, supimos que estábamos perdidos", señala el jugador. "Recuerdo que en ese partido, uno de nuestro contrincantes me confundió con la pelota, y me llevó picando por toda la cancha hasta realizar un tiro que era punto seguro, pero estiré los brazos y me impedí pasar por el aro". Esa contienda guarda para Wualla-Poo un regusto amargo, ya que señala su primera expulsión por una "maniobra ilegal".

"El basquet como deporte, es una expresión del alma. Pensamos que no se puede prohibir a nadie la práctica de esta ciencia", reclama Wualla-Poo, mientras se trepa a un ropero. "No pretendo escribir la historia del basquet con letras grandes, ya que no tengo cursado ni jardín maternal. Solo pido que poder hacer realidad el sueño de toda esa linda gente que me sigue, que nos sigue a los dragones, aunque nunca nos alcanzan". Los ojos de Wualla-Poo se llenan de lágrimas "y si no nos quieren hacer lugar en la NBA, volveremos a nuestros orígenes, a los baños de Mac Donals, donde hicimos nuestras primeros pinitos, porque ahí siempre tendremos un inodoro donde encestar".

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