Al fin la voz del pueblo es escuchada por los legisladores. Desde hace semanas las gentes inundan las calles armadas de salvajes cacerolas, denuncian el hambre y la corrupción. Los políticos temen que las cacerolas hablen de un incipiente canibalismo y se ocultan, detrás de las pantallas de los televisores, por miedo a ser devorados. La población, siempre inconforme, grita: ¡estamos cansados!
Por años hemos menospreciado a nuestros gobernantes, a esos paladines del bien público. Muchos son los que hablan de "sordera gubernamental" y denuncian cansancio. Para todos ellos, nuestros gobernantes tienen una solución: nos han eligido un presidente que nos mandará a dormir temprano. La idea es espectacular. Una respuesta soberbia. ¿Hay mejor modo para salir del cansancio que yéndose a dormir? Claro que no.
Recordemos que el apodado “pibe cabeza” había sacado, cuando legislaba en la Tierra de los Sueños, una ley para que el populacho se encame antes de las 3 de la mañana. Esa era la respuesta más adecuada para el problema del narcotráfico y la violencia. La idea era genial. No había que perseguir a los narcotraficantes sino irse a dormir, puesto nadie se droga estando dormido.
Quizá ahora él puede devolvernos alguna de esas genialidades. Por ejemplo, si alguien grita que no tiene para comer, se lo puede mandar a dormir sin cenar o si otro se queja por la inseguridad, obligarlo a irse a la cama con tres protectoras frazadas. Claro que no hay que esperar mucho, porque el gobierno ya está trabajando.
Las primer medida del nuevo orden sería volcar a los empleados estatales a una nueva orientación: la de baby sister. Ya inundaran las calles policías muñidos de libros de cuento y títeres para facilitarnos el dormir, mientras militares y oficiales de prefectura aprenderan tonadas que nos hundan en los brazos de Morfeo.
También podrían levantar carpas en las avenidas, con hamacas paraguayas para que nos durmamos una siestita, si es que el sueño nos ataca en algún lugar lejano a casa o durante alguna concentración de protesta.
El tema del sueño es algo que ha preocupado a naciones enteras por generaciones. El buen dormir hace al buen ciudadano. Ahora tenemos a alguien que nos comprende, que escucha el grito desesperado de la gente cansada, esa misma gente que reclama bancos en las plazas, sube y bajas a motor e inodoros con apoya brazos. Nuestros gobernantes se preocupan por nuestro cansancio y nosotros estamos contentos porque venimos bien acostumbrado a que nos acuesten.